Río de Pájaros (1985-1987)

La revista Río de Pájaros comenzó a circular como un folleto que se distribuía con el programa del grupo de Teatro Del Sótano, cuando Juan Montes decidió radicarse en Villa María. Montes visitó la ciudad en su tercer año de la carrera en la Escuela Municipal de Arte Dramático (EMAD) de Buenos Aires; en ese momento el grupo estaba preparando la obra “El que ríe último ¿ríe mejor?”, escrita por el mismo Montes, y el azar se disfrazó de destino porque su plan de instalarse en Traslasierra tuvo un viraje inesperado, y se integró en el grupo de teatro local.

La revista inició su ciclo en noviembre de 1985 –lo cerró en enero de 1987, después de 9 números–, y además de difundir las actividades del grupo de teatro en el que se incorporó Montes –junto con Aldo Giambroni, Víctor Iturralde–, incluyó la agenda artístico-cultural de la ciudad. En el tercer número los contenidos se ampliaron con colaboradores de distintas disciplinas (plástica, literatura, dibujo, teatro, fotografía). El staff estuvo integrado por Ricardo Carballo, Sergio Stocchero, Mónica Celis, Juan José Massafra y Susana Guglielmeti; luego se incorporaron los ilustradores Daniel Tieffemberg (Monky), Raúl Tolosa (Toul) y Mario Rulloni. También colaboraron Horacio Biancciotto, Juan José Oddino, Marisabel Demonte y Raúl José.

Río de Pájaros surgió, entonces, como un “folletín” que difundía las actividades del grupo de Teatro Del Sótano que se reunía en la confitería La Madrileña. Al respecto, cuenta Montes: “fue muy curioso lo de Río de Pájaros, fue muy intenso, se hacía una especie de folletín, donde se anunciaba la obra de teatro –debe estar en la Biblioteca–, publicamos un poema de Stocchero, anunciamos la obra de teatro con el grupo Del Sótano, cosas que pasaban en la ciudad. También estaba la cartelera de cine. Cuando salió el primer número, todos comenzaron a traer material”.

En relación a la difusión de actividades, la revista sostuvo una agenda basada en los estrenos de las carteleras de cine, teatro y música en vivo, con algunas singularidades como la información de las novedades en el primer videoclub de la ciudad: una tecnología de reproducción (VHS) que modificó los modos de consumo audiovisual en la época. La revista ofrecía, además, un relevamiento de bares, boliches y confiterías, espacios de sociabilidad que recuerdan la experiencia urbana de la época. Este relevamiento documentaba, a la vez, la incipiente formación de circuitos culturales, sin la tutela de políticas públicas.

La revista constituyó un espacio de expresión de ciertos debates propios del campo cultural en los 80. Por un lado, es evidente la intención de desplazar la idea de cultura asociada a las “bellas artes” para situarla en el conjunto de prácticas que permitían reconstruir el lazo social. El reportaje (que ocupa tres números) “Arte y cultura, hacia un plan de acción” es ejemplar: incluía una entrevista a Víctor Alves, responsable de los encuentros que organizaba la revista Cultura Nacional (1983-1984), donde es explícita la demanda de profesionalización e institucionalización del sector independiente –sostenido por “auspicios” del sector privado–. En este sentido, sobresalía el canje de publicidad con descuentos en los comercios. Un recuadro informaba: “la actividad cultural de la ciudad está financiada en un 90 % por los comercios” (No 4, p. 3). Por otro lado, también manifestaba el interés en realizar un aporte a la crítica social e incluía temas vinculados con el aumento de la conflictividad social durante la transición democrática. En el número 5, por caso, publicaron una portada ilustrada por Monky en la que aparece el presidente Alfonsín montado sobre el cometa Halley. La portada dialoga con la sección fija a “A vuelo de pájaros”, que recuperaba inflexiones de la lengua popular (giros de la gauchesca) para dirigir reclamos al sistema político. En otra sección fija, “El enemigo de adentro”, cómic que contaba con dibujos de Monky y textos de Montes, la revista tematiza la queja de una juventud, y los estigmas que se le adjudican, que no encontraban su lugar en el orden social que se estaba configurando.

Los hitos de la revista según su director son: la entrevista exclusiva con Oscar Alende realizada por Carballo, el informe sobre la teología de la liberación de Carlos Gazzera, la agenda picaresca e irónica que toma rasgos de la revista Humor (1978-1999), el relevamiento del movimiento cultural que abarca el teatro, la plástica, el folklore, la cultura rock y el under local. Si bien la revista no alcanzó a sostener una periodicidad mensual, es un importante documento que a lo largo de 9 números cruza contenidos de cultura y política del ámbito local y nacional. En paralelo, Montes creó la editorial La pared con Monky, que imprimió los ejemplares de la revista El gran dragón rojo y la mujer vestida de sol (1987-1991) a cargo de Alejandro Schmidt, Normand Argarate y Gustavo Pablos. Publicó las plaquetas “Arder” y “El muerto”, de Schmidt (1991), y el primer libro de Normand Argarate, Mujer en el jardín (1992). Por último, el nombre de la publicación surgió del significado del río Ctalamochita en lengua indígena. A veces, la mirada externa de un recién llegado puede percibir el pulso de la identidad local.

Silvina Mercadal

Directores o responsables de edición
Director: Juan Montes

Tipo
Revista impresa

Fecha de publicación
1985 - 1987

Lugar de edición
Villa María, Córdoba, Argentina

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