La Araña de Carbón (2003)
La araña de carbón es una de las revistas que cierra el período de emergencia de esta clase de publicaciones en Villa María. Con sólo dos números publicados entre abril y septiembre de 2003, sus páginas reunieron a una decena de colaboradores entre quienes se destacan el escritor Omar Alvez, ex integrante del staff de Cultura Nacional (1983-1984), y el destacado poeta y ensayista Mario Moral, que había participado en las experiencias de Luna Quemada (1982-1983) y El país del interior (1991-1992), entre otras publicaciones. Junto con estos dos referentes, el Consejo Directivo de La araña de carbón se completaba con los nombres de Marcelo Dughetti y Ángela de Demaría. A ellos se sumaron, como colaboradores puntuales, los escritores Gustavo Borga, Natalia Gea, Franco Sampietro, Carina Sedevich, Sofía Favole, Alejandra Olivero y el ilustrador Raúl Olcelli, responsable del dibujo de tapa del segundo número.
Tal como sucedió con sus antecesoras, la revista surge como canal de expresión y visibilización de nuevas voces, fundamentalmente poetas que aún no habían logrado afirmarse en el circuito editorial de la región. Esa suerte de voluntarismo difusionista muestra los límites del proceso de consolidación que el campo cultural villamariense transitaba desde la década de 1980. Un fenómeno cuya persistencia no sólo dialoga con los recurrentes escenarios de crisis que afectaron al país desde el retorno de la democracia, ya que también simboliza la debilidad de las políticas públicas aplicadas hacia el sector por parte de los órdenes provincial y municipal.
El nombre de la revista sugiere otro vínculo con publicaciones previas como Arte (1984), Huérfanos (1984-1985) y El gran dragón rojo y la mujer vestida de sol (1987-1991). Pese a que el título remite a una anécdota personal del staff: la imagen de una araña que había hecho su nido junto a la mesa en la que Alvez solía escribir, se trata de un símbolo que sintetiza la identidad estética e ideológica de la revista. La imagen de la araña conecta con un ideal –y una ética– que define al escritor como un sujeto que escribe desde los márgenes, que adopta una posición crítica frente a las convenciones sociales y que se sitúa, en definitiva, en otro plano de lo real o de la experiencia cotidiana. Un ser con propiedades sobrenaturales que habilita el acceso del lector a un plano superior de lo sensible.
Esas connotaciones idealizantes, propias del vanguardismo, también se manifiestan en los contenidos de la publicación. Las poesías, relatos y ensayos literarios de sus colaboradores, sobre todo los textos con que Ángela de Demaría introduce cada número, y en los que analiza los estilos de Macedonio Fernández y Julio Cortázar, se pronuncian en favor de una literatura anti-mimética y anti-racional, atenta a las ambigüedades en las que se diluyen las fronteras entre lo real y lo fantástico. La crítica al neoliberalismo, único rasgo en que sus textos refieren a la actualidad política, constituye el más significativo punto de encuentro entre estética e ideología, ya que lo sobrenatural, o bien, el deseo de situarse en otro plano de la experiencia, está expresamente dirigido en contra de lo que sus integrantes entienden como una cultura condicionada por el materialismo consumista.
Por último, entre las diferencias con la mayoría de sus predecesoras se destaca la organización de los materiales en secciones fijas: la editorial, que consiste en la publicación de un texto de un autor consagrado; las secciones “Breves noticias sobre la araña invitada” y “Los días de la tarántula”, que presentan ensayos de sus colaboradores; el segmento “El veneno de la araña”, que reúne poesías de autores clásicos y, finalmente, las secciones “Cayó la cigarra”, “La telaraña” y “Estéticas de la siesta”, dedicadas a la difusión de ensayos, relatos y poesías escritos por miembros del staff.
La calidad de la diagramación, el diseño y la impresión, a cargo de la Editorial El náufrago, en el primer número, y de la empresa Colombatti Offset, en el segundo, en cierto sentido representan un avance con respecto a las publicaciones de los ochenta, pero no dejan de constituir un producto rudimentario para las posibilidades tecnológicas del período. Otra consecuencia de la falta de recursos que anticipa un final reiterado: la crisis económica, en este caso de la etapa inmediatamente posterior al colapso del régimen de convertibilidad, como el principal factor que frustró las posibilidades de consolidación del proyecto.
Gabriel Montali
Directores o responsables de edición
Consejo directivo: Omar Alvez, Mario Moral, Ángela G. de Demaría, Marcelo Dughetti.
Tipo
Revista impresa
Fecha de publicación
2003
Lugar de edición
Villa María, Córdoba, Argentina
Vínculo con otras revistas